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El ABNB es uno de los archivos nacionales más importantes de Bolivia y América Latina gracias a Gunnar Mendoza, sus sucesores y todos sus trabajadores, cumpliendo su misión institucional en la que nos inscribimos.  Gracias, por tanto, a todos ustedes, porque será un honor estar a la cabeza de esta institución tan querida donde muchos nos formamos. 

En el horizonte hacia el bicentenario, cuando asumamos la dirección, quisiéramos que el ABNB pueda “revivir voces”; “rescatar actores invisibilizados” y poner a disposición sus recursos para ayudar a repensarnos como sociedad. 

¿Por qué revivir voces? Porque los documentos que registran vidas, procesos y conflictos pueden estar muy bien archivados pero sin voz. Y si es cierto lo que un famoso historiador decía, que las fuentes solo pueden hablar a quién sabe interrogarlas, nuestro deber es devolverles la vida, convertir las hojas de papel en voces vivas. Esto implica políticas activas de traer esas historias al presente y futuro de nuestra sociedad.  

¿Qué actores rescatar? Es fundamental visibilizar a las mujeres de distintos orígenes, oficios, actividades y edades en sus múltiples facetas. No se pueden concebir nuevas generaciones sin ellas, es una responsabilidad para deconstruir las violencias cotidianas y poder construir futuro. 

¿Por qué repensarnos? Porque reconociendo nuestras fracturas, en las fuentes se constatan las pertenencias múltiples, las desigualdades económicas y de clase, pero también, las relaciones constantes que se han ido tejiendo. Se trata, en consecuencia, de propiciar el abandono de la vieja pregunta de por qué no construimos nación para dar lugar a estudios de cómo construimos país y no solo estado, lo que implica develar intensas dinámicas económicas sociales, constatar la circulación de ideas e influencias, reconstruir proyectos en los que se involucraron distintos grupos, todo lo cual nos ayude a repensar y analizar lo que es también una larga historia común aún en sus diferencias.

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