HISTORIA DEL ARCHIVO Y BIBLIOTECA NACIONALES DE BOLIVIA
Historia de una feliz unión
El Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia reúne bajo una sola administración el desempeño de las funciones de dos instituciones: la Biblioteca Nacional, creada como Biblioteca Pública de Chuquisaca en julio de 1825, al impulso de las reformas políticas en materia educativa determinadas por los libertadores; y al Archivo Nacional que fue creado durante el gobierno del general Narciso Campero por Ley de 18 de octubre de 1883, que declara como "Archivo General de la Nación al de la antigua Audiencia de Charcas".
La primera, en la década de 1870 empezó a ser reconocida como Biblioteca Nacional y sus funcionarios comenzaron a ser llamados ocasionalmente bibliotecarios nacionales. Aparece oficialmente con esa denominación en un Decreto Supremo de 19 de junio de 1872. Esta institución custodia valiosas colecciones de libros de los siglos XVI al XIX y desde el siglo XX incrementa su acervo con los materiales sujetos a Depósito Legal.
Por su parte, el Archivo Nacional conserva documentos que corresponden a fondos documentales producidos por instituciones públicas coloniales (1549-1825) y republicanas (1826- ), a los que se suman algunos de procedencia privada. Entre los primeros hay que destacar los fondos de la Audiencia de La Plata (1561-1825), del Cabildo de Potosí y Escrituras Públicas de La Plata (1549-1825); entre los segundos, los generados por el Poder Ejecutivo.
Años después, el presidente Severo Fernández Alonso promulgó la Ley de 28 de noviembre de 1898. Se trata de una disposición más completa y bien estructurada, cuyo artículo primero ratifica las competencias que tenía hasta entonces el Archivo Nacional de Bolivia y le amplía las de conservación, organización y difusión de la documentación generada por los distintos poderes del Estado.
La dirección actual del edificio y las anteriores
El Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia se encuentra emplazado en pleno centro histórico de la ciudad de Sucre, antigua sede de la Audiencia de La Plata y ciudad capital del Estado Plurinacional de Bolivia. Comparte el manzano con tres instituciones de primer orden: La Catedral (1559), el Seminario de San Cristóbal (1595) y la Gobernación del Departamento, cuyo edificio fue construido en el siglo XIX para palacio de gobierno.
Antes de encontrarse en su lugar definitivo, esta institución ocupó varios edificios. Después de la Guerra del Chaco (1932-1935), la Biblioteca Nacional fue trasladada al Colegio Junín cumpliendo la Resolución Suprema de 17.X.1879. En ese entonces, el Archivo Nacional ya se encontraba en el colindante convento de Santo Domingo.
El ABNB como fusión de las dos instituciones, el Archivo y la Biblioteca Nacional, se mantuvo en el ex convento de Santo Domingo hasta 1948, año en que las estructuras de la edificación fueron dañadas por un fuerte temblor obligando a que se las traslade a la calle España N° 43, instalaciones adaptadas para cumplir con este fin y estrenadas en 1955. Allí estuvieron hasta comienzos de 2003, fecha en que se hizo el traslado al nuevo edificio de la calle Dalence Nº 4, mandado a construir por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
Sus directores
A partir de la creación de la institución por el presidente José Luis Tejada Sorzano en el siglo XIX, la organización y la descripción de los fondos documentales del Archivo Nacional se realizaron sostenidamente. Inicialmente estuvieron bajo la dirección del ingeniero Otto Ernst Rück (1883-1889) y luego fueron continuadas por sus sucesivos directores, descollando entre ellos Gunnar Mendoza Loza (1944-1994), con un trabajo idóneo y perseverante de cincuenta años. Hoy por hoy, es un trabajo inigualado en el país y sólo equiparable al que se realiza en los archivos más prestigiosos del mundo por su organización.
Relación del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia con el Banco Central de Bolivia
Durante varios años, el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia estuvieron bajo la tuición del Ministerio de Instrucción Pública y el Ministerio de Educación y Cultura. Por Decreto Supremo Nº 19718, de 3 de agosto de 1983, se encomendó al Banco Central de Bolivia la tuición y administración general de la Casa de la Libertad en Sucre, la Casa de la Moneda en Potosí y el Museo Nacional de Etnografía y Folklore en la Paz, con la obligación de financiar el presupuesto de esos tres centros culturales. La conveniencia de atender debidamente al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia dio lugar a que se aprobara la Ley Nº 781, de 5 de febrero de 1986, que elevaba a este rango al Decreto Supremo Nº 19718, de 3 de agosto de 1983, con la modificación de que incluía al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia entre los repositorios cuyo presupuesto debía financiar el Banco Central de Bolivia.
La Ley Nº 1670, de 31 de octubre de 1995, creó la Fundación del Banco Central de Bolivia, una de cuyas funciones es la tuición y administración de los referidos centros culturales nacionales y ratifica que el Banco Central de Bolivia incorporará en su presupuesto anual un soporte financiero destinado a la Fundación.
Su gran riqueza archivística y bibliográfica
Bajo una sola dirección desde 1935, el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia tiene por misión la recuperación, conservación y organización del patrimonio documental (archivístico y bibliográfico) que custodia, y facilitar el acceso a la información que contiene, contribuyendo a la construcción de un Estado democrático y a su desarrollo cultural.
La Biblioteca Nacional conserva algo más de 759.000 volúmenes de libros y folletos, además de periódicos y otras publicaciones periódicas nacionales en distintos tipos de soportes. Sus fondos se nutren de los ingresos permanentes del Depósito Legal (Decreto Supremo N° 28598) que le transfiere toda la producción nacional de documentos textuales, publicaciones periódicas y seriadas, gráficos, de imágenes en movimiento, audiovisuales, sonoros, y otros. Ésta cumple las funciones de recuperación, organización, servicio y difusión del patrimonio bibliográfico.
El Archivo Nacional, por su parte, resguarda más de 8.000 metros lineales de documentación archivística correspondiente a las instituciones públicas de la época colonial y republicana (1543-2008). Para el período colonial, su rico acervo abarca documentación de amplios y extensos territorios de lo que vino a ser Bolivia, pero también de aquellos que integraron, en el siglo XIX, los países de Argentina, norte de Chile, sur del Perú y Paraguay.
Estamos frente al archivo más rico y completo del país y sus fuentes constituyen un recurso indispensable para su historia en el amplio sentido del término.
Memoria del Mundo
Una larga experiencia de personal comprometido y cualificado en un edificio idóneo
Por lo fundamental que resulta para los bolivianos la preservación de su patrimonio documental y memoria histórica, esta institución, con una larga experiencia institucional, cuenta con personal comprometido, calificado, capacitado en prestigiosos centros del exterior. La dependencia del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, le otorga solvencia financiera, infraestructura adecuada y necesaria, así como el equipamiento requerido a su especificidad.
Los documentos archivísticos y bibliográficos se conservan cuidadosamente en un edificio construido específicamente para ese fin y en funcionamiento desde el año 2002. Cuenta éste con espaciosos depósitos provistos de sistemas de aire acondicionado y de seguridad: cámaras fijas y móviles dispuestas en varios puntos para el mejor control de los ambientes; sensores de movimiento y de humo conectados a los ordenadores que se encuentran en el área de seguridad de la institución; sistemas de control de temperatura y humedad que permiten tener conocimiento preciso de las fluctuaciones ambientales. Tiene asimismo un taller de restauración que en un convenio tripartito con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Municipalidad de Sucre, formó cuatro generaciones de conservadores y restauradores.
La organización y la descripción documental basadas en principios internacionales, y en detalle, hacen de la institución un modelo en su género. Los más de 80 instrumentos descriptivos entre guías, inventarios y catálogos, impresos y virtuales, correspondientes a una cantidad similar de fondos, series y unidades archivísticas, hacen posible que la comunidad científica nacional e internacional, y la ciudadanía en general, pueda acceder, con toda eficiencia y eficacia, a la información contenida en este rico patrimonio histórico.
Afiliaciones internacionales
El carácter de nacionales del Archivo y la Biblioteca y su participación en calidad de miembro de organismos internacionales como la Asociación de Estados Iberoamericanos para el Desarrollo de las Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica (ABINIA), la Asociación Latinoamericana de Archivos (ALA) y el Consejo Internacional de Archivos (CIA), así como su relación fluida con otros organismos internacionales, le posibilitó mantenerse al día en los ámbitos de su competencia, recibir cooperación técnica, e intercambiar experiencias que enriquecen al conjunto de su personal.
Una inagotable cantera para los/las investigadores y la ciudadanía
La notable posibilidad de consulta de los documentos en el Archivo Nacional, resultado de los trabajos de accesibilidad, ha facilitado la investigación científica a cientos de estudiosos, nacionales y extranjeros, derivando en aportes fundamentales para el esclarecimiento de nuestra historia. Parte de estos trabajos, en forma de artículos, son entregados periódicamente en el Anuario de estudios bolivianos, archivísticos y bibliográficos, que se publica desde el año 1994. Por otra parte, los libros publicados, las tesis doctorales y otros grados académicos, las ponencias y documentos redactados en base a las fuentes documentales de la institución son incontables.
Para el servicio a los usuarios en la institución, el nuevo edificio dispone de una amplia y confortable sala para investigadores, además de varias salas dedicadas a personajes destacados de la cultura boliviana, entre ellas la de “Gunnar Mendoza”, donde los estudiosos pueden consultar la documentación reunida o producida por estos benefactores del patrimonio archivístico y bibliográfico del país.
El Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia ha creado la Biblioteca Pública ‘Gunnar Mendoza L.’ que, a través del incremento y diversificación de su material bibliográfico, permite un amplio público de usuarios.
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