El año 1960, el director del ABNB, Gunnar Mendoza Loza, en discurso pronunciado en la inauguración oficial de actividades de la Asociación de Bibliotecarios de Chuquisaca señala:
Una consulta somera a la realidad bibliotecaria de la capital de la República hace patente el hecho lamentable de que no hay en Sucre una biblioteca encargada de llevar a la práctica esa función se refiere a extender los conocimientos generales por medio del libro: es decir, no existe en Sucre una biblioteca popular, hecho desconcertante tratándose de un centro de la tradición e importancia cultural del nuestro. Vamos a aclarar conceptos. Cuando decimos biblioteca popular queremos significar u establecimiento específicamente designado para satisfacer las necesidades e intereses populares de cultura por medio del libro: materiales de información básica para resolver problemas prácticos de la vida diaria; materiales que provean elementos formativos de iniciación cultural; materiales de referencia para fines didáctico; materiales de son esparcimiento y de satisfacción de simple curiosidad. Tenemos en Sucre una Biblioteca Nacional y varias bibliotecas universitarias y académicas. Ninguna de ellas puede ni debe cumplir las funciones de una biblioteca popular.
Finalmente concluye Mendoza:
La Asociación de Bibliotecarios de Chuquisaca se propone iniciar el estudio del establecimiento de una biblioteca popular en Sucre. No es esta una tarea fácil. […] Una biblioteca popular es de imperiosa necesidad en Sucre, no solo porque ella hace falta positivamente, sino porque conspira sensiblemente contra el tradicional prestigio cultural de nuestra ciudad.
En 1971, el perseverante director, esboza un plan para el establecimiento de una biblioteca popular en Sucre, en que señala el carácter que debe tener la entidad con estos términos:
Cumplirá la función de satisfacer las necesidades de información, entretenimiento e instrucción básica del pueblo en general. Por consiguiente, se tratará en realidad de una biblioteca pública, pero como quiera que esta en su organización y funcionamiento, debe interpretar las necesidades de la comunidad donde se encuentra, la biblioteca pública a establecerse en Sucre tendrá un carácter popular […]
El proyecto del director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, se hace realidad en 1978. El 8 de abril de dicho año, inaugura la Biblioteca Público-Escolar, creada con el apoyo de la Organización de Estados Americanos OEA, dentro del Proyecto Nacional de Bibliotecas del Instituto Boliviano de Cultura, y dependiente en lo técnico y administrativo de la Biblioteca Nacional de Bolivia.
En ocasión del discurso inaugural Mendoza, señaló:
Una biblioteca escolar, infantil y popular tiene la extraordinaria importancia de que en coordinación recíprocas, pretende iniciar, orientar, mantener y finalmente aprovechar en todo cuanto sea posible en una comunidad humana, a partir de la más tierna infancia, la utilización del libro, que sigue siendo la clave para la conservación, transmisión, difusión y desarrollo de la cultura en todos sus aspectos.
La Biblioteca Público-Escolar, desarrolló sus funciones junto con la Biblioteca Nacional, hasta que esta se trasladó el año 2002 a su nuevo edificio de calle Dalence N°4.
La Biblioteca Pública, con el nombre de “Gunnar Mendoza Loza”, abre sus puertas al público en el mes de febrero de 2009, en el antiguo edificio donde funcionaba el ABNB, ubicado en calle España N° 43 de la ciudad de Sucre. En consonancia con el pensamiento de su director por cincuenta años, fallecido en 1994, esta biblioteca se instala con el propósito de ofrecer a toda la población, acceso libre e irrestricto a una colección equilibrada de materiales bibliográficos en diferentes áreas del conocimiento y en diversos soportes.
La Biblioteca Pública, presta servicio de consulta biblio-hemerográfica con bienes culturales contemporáneos a usuarios en dos Salas de Lectura (Juan Huallparrimachiq y Beatriz Schulze), las mismas que cuentan con estantería abierta, asimismo, realiza actividades de promoción y fomento a la lectura dirigidas a diferentes grupos de la población, realizando acciones pedagógicas en unidades educativas, centros de acogida de niños y jóvenes, centros penitenciarios, hogares de ancianos y poblaciones del departamento de Chuquisaca. Las actividades dedicadas a la promoción de la lectura entre la niñez, ya habían sido desarrolladas a partir de 1965, bajo la conducción de la Sub-directora de la Biblioteca Nacional y creadora de su Departamento Escolar Infantil, la profesora Martha Mendoza Loza.
Documento completo en el siguiente enlace: Una historia en común
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